La realidad está caótica, de eso no hay duda.
Propongo que no temamos al caos reinante, sino que lo veamos como una oportunidad.
Mi sensación en estos días es que todo puede cambiar de un momento a otro, que la linealidad y aparente orden que existía antes de diciembre de 2012 ya no está. Observo con sorpresa que me encuentro más situada en el presente, como si el furuto no importara...
Un poco me asusto, pero solo un poco. Ya me estoy acostumbrando y está bien así.
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