Él necesitó de mi ayuda durante meses y meses, y creo que me acostumbré a ese papel.
Pero ahora él cambia! Se anima a pensar un poco más parecido a mí, se encuentra en una revolución interior, tiene ideas nuevas acerca de sí mismo y de la vida en general, está desprendiéndose del pasado, sin ver claro el futuro aún, pero desprendiéndose al fin de viejas formas.
Ahora sabe que es libre, necesita pararse sobre sus pies y caminar sin sostenerse de mí, y yo me encuentro un poco desorientada...
Esta postura de "el que ayuda y el que es ayudado" no funciona mas por lo que veo... acabo de comprender que yo también debo cambiar, a la par, permitiendo a nuestro vínculo un caminar más dinámico.
Me cuesta humanamente dejar de funcionar como sus ojos, desprenderme yo también de la vieja forma y no tener miedo de lo que pase si yo no estoy cerca sosteniéndolo.
Siento una inmensa alegría por un lado, y un poco de incertidumbre por otro.
Tanto tiempo esperando sus cambios me alejó de ver los propios, los que yo tengo que hacer. Tuve que mirar hacia él mucho tiempo, y ahora algo adentro me dice que necesito situarme en este nuevo escenario, mirarme a mí, y pensar en mi situación, en esta nueva realidad que estamos viviendo.
Ánimo, seguro que lo consigues.
ResponderEliminarSi has podido ser "paciente" con él y ayudarlo, y además eres consciente de tu necesidad de cambio, tienes mucho camino adelantado...
Gracias Nahia por tus palabras!
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